jueves, 8 de noviembre de 2012

Tambien vivimos, mientras soñamos.






Busco respuestas aún sabiendo que no las tendré,  quizás con la esperanza de que algún  día las encontrare, y por momentos creo que nuestra cabeza azotada por el mundo de las formas, y por tu ausencia, no consigue despegar de ese dolor interno, que se siente en el cuerpo, que por momentos corta la respiración.

Se que transitar años, meses, días  horas, minutos, segundos, transformándose en tiempo, hará esta espera menos dolorosa, pero inmediatamente otra parte mía aparece implacable, dura, y se conecta con la sensación de que vivir esto, así no es justo y dice por que?...para que?...que sentido tiene vivir esto?...para que necesitamos vivirlo?....lo necesitamos?...para que paso?...cuanto durara?...y si estaba soñando?...

Y con esa sensación me desperté hace unos días a la madrugada, salí a regar las tomateras, mire el cielo, y abrigándome con una manta me senté a esperar una respuesta.

Ya comenzaba a amanecer, se veía imponente el reflejo apenas brillante del sol, allá lejos, y vi pasar una pequeña  nubecita blanca, y le pregunte...donde estas, hijita?...que haces allá, cuando acá te necesitamos....para que te fuiste?...dame una respuesta que se la daré a tu mama, a tu papá,  así los acompaño, asi siento que puedo darles algo más aunque sea a la distancia, se que vos no hubieras querido ese dolor de ellos...pero donde estas?...

Quede un rato allí,   intentando ponerle imágenes y palabras a ese silencio, que nacía desde adentro mio, solo quebrado por mi llanto, y volví a dormirme...."caminaba en la parte de atrás de nuestra casa grande en nuestro pueblo, Doblas, y sentía ..."Tía, vení...y allí estaban ellas dos, de espaldas una pegada a la otra, midiéndose las alturas,  las dos llenas de alegría....me acercaba, mirándola a Blanca le decía;...donde estabas?.... creíamos que te habías ido, te buscamos....y ella sonriente, llena de luz me decia...Nunca me fui de aca, Tía..."...me acercaba y las abrazaba a las dos, metiendolas en mi corazon....y sentia sus cuerpitos cerca mio, unidas por nuestra Divinidad, y con una sensación de gratitud.

Y el sueño continuaba..."daba la vuelta a la casa, y en la parte de adelante en una antigua parra llena de uvas, en una reposera estaba tu papá, en apariencia llorando, cerca de su cabeza lo abrazaba mi hijo,  y vos estabas sentada sobre su vientre...y le decias...No llores mas papá, acá estoy...y recostabas tu cabecita sobre su pecho...y el te abrazaba sintíendote y perturbado por esas palabras..."

Ese día, fue uno de los mas plenos,  empecé lenta y sigilosamente a transitar la calma con una respuesta, y con una sensación de que era verdad, acá estabas Blanca, no te habías ido nunca, solo cambio tu forma, y ademas estabas acá,  en el campo, en Santiago, en Buenos Aires, acá estabas...solo vestida de otra manera, menos perceptible, mas invisible, mas sutil, mas pura, mas con tu esencia divina, pero cercana, tocando con tu cabecita el ser de tu mama, apretada  y recostada sobre el corazón de tu papá.

Empiezo a comprender, que es nuestra esencia divina, la que nos da respuestas, la que nos ayuda a cada instante a recorrer, a sentir, a llorar, y a aceptar que ésta es la realidad, y que por ser seres limitados en nuestra percepción, solo conocemos esa dimensión, la de la forma, pero es nuestro espíritu el que nos trae consuelo, aceptación a esos momentos   desgarrantes  ante las ausencias,  que no podemos y no queremos escuchar, quizás  porque el momento es el de llorar, pero ahí estas Blanquita, ahí elegirás apoyarte en la espalda de este ser hermoso, y apoyaras tu cabecita en el corazón de tu papa, y dormirás con ellos, descansaras fundida en vuestro ser, y juntaras tu divinidad a la de ellos....

Y desde allí, antes de dormirme, veo, dibujo y siento tu imagen en mi corazón, me da calma, mi espíritu va sencillamente aquietandose, siento que estas en una dimensión desconocida para mi en la vigilia, pero es este sueño reparador, el que nuevamente me acercara a vos, a sentirte, a tomarte de la manito, a mirar juntas los jacarandaes florecidos en la cuadra de tu casa, a quedarnos mirando los distintos muñe quitos en la vidriera, a mirarte tirada en el piso de tu cuarto dibujando y escribiendo tu nombre Blanca, a mirarte como mirabas con esos ojitos llenos de vida a tus ami guitas el día de tu cumple, a llamar a tu seño y presentarle con orgullo a tu hermano para que lo conociera, a bailar, a reír...y a sentir que también vivimos, mientras soñamos.


Gracias Blanquita por estar!!!